El pueblo de Candes-Saint-Martin
Ubicado en el confluente de los ríos Loira y Vienne, Candes-Saint-Martin pertenece al grupo selecto de los «pueblos más bellos de Francia». Elegido como el «pueblo preferido de los franceses», Candes revela un patrimonio arquitectónico excepcional, adornado por sus techos de pizarra y paredes de toba calcárea.
El antiguo puerto fluvial
Desde la ribera derecha del río Vienne, podrás disfrutar de las vistas sobre el pueblo de Candes-Saint Martin, bordeado por los muelles de su antiguo puerto fluvial. Su particular ubicación en el confluente de los ríos Loira y Vienne favoreció el desarrollo del pueblo, convirtiéndolo en un importante puerto para el transporte fluvial en los siglos XVIII y XIX.
En aquel entonces, los marineros del Loira transitaban por Candes con sus embarcaciones (toues) cargadas de vinos, peras secas o piedra tosca. Estas embarcaciones fluviales navegaban durante tres meses hasta llegar a los grandes puertos de Nantes o Saint-Nazaire.
Actualmente, el puerto de Candes es un lugar de embarcación privilegiado desde donde contemplar las vistas desde los barcos tradicionales del Loira como el Amarante o Belle Adèle. Estas dos embarcaciones tradicionales (toues cabanées) realizan un recorrido a través de los paisajes desde Candes-Saint-Martin hasta Montsoreau.
El viejo pueblo
Situado en una ladera, Candes-Saint-Martin ofrece un patrimonio cargado de historia. Las casas de toba, agrupadas en torno de la iglesia fortificada, se extienden por las calles Bac, Mariniers o Pêcheurs.
La colegiata Saint-Martin de Candes
La colegiata Saint-Martin de Candes, edificada a finales del siglo XII, presenta una puerta con aspecto de fortaleza enmarcada por dos torres almenadas. En el interior de la iglesia, un paso estrecho ofrece acceso desde el crucero a la capilla Saint-Martin. Es aquí que Martin, obispo de Tours, falleció en noviembre de 387, como se indica en la losa colocada en el suelo. En la vidriera lateral, la escena cuenta el secuestro del cuerpo de San Martín por los habitantes de Turena.
La leyenda de san Martín
Durante ese secuestro, la noche del 11 de noviembre de 387, para repatriar en barco los restos mortales del futuro santo hasta Tours, sucedió un milagro. Al pasar el cortejo, todos los arbustos volvieron a florecer repentinamente en pleno otoño. Y eso es lo que llamamos el veranillo de San Martín.
El pueblo en la ladera
Desde la colegiata, coge la calle Saint-Maurice para llegar a la parte alta del pueblo. Subirás rápidamente de los 30 a los 100 metros de altitud mientras caminas por las calles más emblemáticas: Tire-Jarret, el viejo castillo, el nuevo castillo, el molino Saint-Michel, el bosque de Fontevraud…
El castillo de los arzobispos de Tours
Sobre la marcha, descubrirás el viejo castillo del siglo XV, primera residencia de verano de los arzobispos de Tours y el hotel de La Prévôté donde se impartía justicia. Un poco más allá, el nuevo castillo, que se convirtió en el siglo XVII en la segunda residencia de verano de los arzobispos.
Excelentes vistas sobre el confluente
En lo alto del pueblo, el mirador deja al descubierto unas vistas excepcionales sobre el confluente de los ríos Loira y Vienne. La mesa de orientación del mirador de Candes facilita la lectura del paisaje que se extiende de Turena a Anjou. Este bucólico espacio es un lugar perfecto para un día de campo antes de llegar al pueblo vecino, Montsoreau, que también consta en la lista de los «Pueblos más bellos de Francia».