El Valle del Indre siguiendo la corriente
A pocos kilómetros al sur de la cuidad de Tours, se extiende el tranquilo y verde valle del Indre, paraíso de los excursionistas, los amantes de la pequeña reina y los pescadores. La mejor manera de descubrir este pequeño rincón de vegetación agradable es sin duda seguir el Indre con bicicleta: Este itinerario ciclo turístico que le llevará de Loches a Azay-le-Rideau (para los más valientes de Châteauroux a Azay-le-Rideau) serpentea a lo largo del río atravesando paisajes abundantes y variados.
Allí encontrará magníficas villas 1900 que dan un pequeño aire de estación balnearia a los lugares y coquetos mansiones, antiguas propiedades de ricos comerciantes. Otros elementos destacados del valle del Indre son los lavaderos y los molinos de agua, vestigios de una industrialización que hoy en día ha desaparecido. Casi cada kilómetro se puede encontrar uno, el más antiguo se remonta al siglo IX. Y si toma el rodeo ciclo 16, haga una pausa “clorofila” en el arboretum de la Martinière en Veigné.
El Valle del Indre con el paso del tiempo
El Museo Balzac en Saché: Vuelva a sumirse en la obra de Honoré
Los molinos más famosos son probablemente los molinos de Balzac. Situados en Pont-de-Ruan y Artannes, son citados por el autor en su obra El Lirio en el valle. Autor que se alojó en varias ocasiones en la casa de amigos en el Castillo de Saché donde hoy un museo le está enteramente dedicado.
Fortaleza de Montbazon: la Edad Media a tiro de … espada
Si Honoré de Balzac es omnipresente cuando se habla del Valle del Indre, seguramente oirá hablar de este otro personaje que marcó por sí solo una gran parte de la historia de Touraine: Foulques Nerra, Conde de Anjou, insaciable conquistador y gran constructor a quien se debe en particular la Fortaleza de Montbazon (996), lugar imprescindible del valle que le llevará en el corazón de la Edad Media durante las visitas animadas, lúdicas e insólitas. Particularidad de Montbazon: se encuentra el castillo más antiguo de Touraine, la Fortaleza y el más reciente, el Castillo de Artigny, construido en 1923 por el famoso perfumista François Coty.
El Domaine de Candé, la vida de castillo entre modernismo e historia
No lejos de aquí, otro lugar, otra época: el Domaine de Candé en Monts. Situado en el corazón de un inmenso parque, el castillo de estilo neogótico acogió al Duque de Windsor y a su futura esposa, la americana Wallis Simpson cuando se casaron en 1937. Se puede descubrir en particular, los apartamentos estilo “art déco” de sus destacados huéspedes y tomar el aire bajo los árboles centenarios del parque.
El lugar cultural Mimbre Cestería le habla de la pequeña rama que hace la unión
Al dirigirse hacia Azay-le-Rideau, abandone por un tiempo el Indre en bicicleta para llegar al hermoso pueblo de Villaines-les-Rochers, el punto alto de la cestería francesa. Allí encontrará a artesanos de renombre internacional, los últimos herederos de una pericia única que le introducirá en los gestos ancestrales del trabajo del mimbre.
Azay-le-Rideau, lado cuidad...
Continuando el Indre en bicicleta hacia el oeste por la carretera de los trogloditas (al pasar, no olvide la visita del Valle troglodítico de los Goupillières), no tardará en llegar a la cuidad de Azay-le-Rideau. Primera gran etapa del Parque Natural Regional Loire-Anjou-Touraine, la cuidad cuya evolución está íntimamente ligada a la historia del castillo del mismo nombre, verdadero icono de la arquitectura Renacimiento, presenta múltiples facetas todas más atractivas unas que otras: un centro de la cuidad con innegables encantos donde tiendas de decoración y tiendas gourmet bordean idealmente tiendas de aperitivos y restaurantes en un entorno lleno de historia. El río, elemento fundamental, también ofrece numerosas posibilidades de entretenimiento.
Y lado CastilloS
Quizás no lo sepa todavía pero Azay-le Rideau tiene dos castillos: el primer, el Castillo de Azay-le-Rideau, monumento nacional restaurado y reamueblado hace poco, magnificado por una obra titánica de más de dos años que ofrece desde julio de 2017 nuevas perspectivas de visita y su “hermano menor” situado en la carretera de Langeais, el Castillo de l’Islette, teatro de los amores del escultor Auguste Rodin con Camille Claudel, pequeña joya del Renacimiento rodeado por un inmenso parque de tipo inglés.
Aviso a los curiosos y a los aficionados de antiguas mecánicas, cuando saldrá de la cuidad para irse a Bréhémont, encontrará en el camino, el Museo Maurice Dufresne, lugar notable que presenta una extraordinaria colección de más de 3000 maquinarias.
Los Bateleros del Loira cuentan la Marina del Loira
En el corazón del Parque natural regional Loire-Anjou-Touraine, luego alcanzará un entorno más salvaje, bordeado al norte por el Indre y el Loira. Antes de llegar al pequeño puerto fluvial de Bréhémont, podrá aprovechar una pausa gastronómica para descubrir la delicada y deliciosa pera tapée de Rivarennes. Una vez en Bréhémont, le proponemos embarcar en uno de los barcos tradicionales restaurados por unos aficionados que se empeñan en hacer revivir la Marina del Loira y quizás ¿tendrá la suerte de encontrar a uno de los últimos pescadores del Loira?
El Castillo de Ussé, para todos los que aún creen en los cuentos de hadas
No lejos de aquí, es otra historia que le proponemos descubrir de nuevo: la de la Bella durmiente del bosque en el Castillo de Ussé. Construido dominando el Indre, el castillo que inspiró a Charles Perrault para su cuento, exhibe una apariencia muy mágica que seducirá la imaginación de los pequeños y de los grandes.